terça-feira, 07 de julho, 2020

Los datos indican que lo peor de la crisis está detrás, pero la incertidumbre sigue siendo alta

Los indicadores económicos de mayo y junio indican una reacción de la economía brasileña y señalan que lo peor de la crisis puede haber quedado rezagado, a pesar de las todavía altas incertidumbres sobre el ritmo de recuperación y el avance de la pandemia de coronavirus en el país. Los datos del Servicio de Impuestos Internos que emiten facturas indican una reanudación ya en junio. Las cifras previstas el domingo por el periódico "O Estado de S.Paulo" y publicadas oficialmente el lunes (6) muestran que el mes pasado tuvo el nivel más alto en emisiones de facturas del año, alcanzando R$ 23.900 millones en ventas por día, lo que supone un crecimiento del 10% en comparación con junio de 2019.
El termómetro capta principalmente las ventas entre empresas medianas y grandes, así como las ventas no presenciales de empresas a particulares. En comparación con el mes anterior, la caída en las ventas de abril fue seguida por aumentos del 9,1% en mayo y del 15,6% en junio. También de acuerdo con los Ingresos, todas las regiones del país mostraron una recuperación en el ritmo de las ventas en junio.
El resultado de la producción industrial en mayo, lanzado la semana pasada por el IBGE, también sorprendió positivamente, mostrando un crecimiento del 7% en comparación con abril. El avance fue insuficiente para revertir la pérdida del 26,3% acumulada en marzo y abril, pero trajo alivio de que el sector haya dejado de caer. Los datos de servicio y comercio se publicarán esta semana.
"Creo que lo peor de la crisis se quedó atrás y que april fue, de hecho, un fondo de rocas. Los indicadores antecedentes de la actividad económica han sido positivamente sorprendentes", dice la economista Luana Miranda, investigadora de Ibre/FGV. "Nuestra última proyección oficial para el PIB ha caído un 9,8% en el segundo trimestre en comparación con el trimestre anterior, y un 6,4% para el año. Sin embargo, los indicadores anteriores de mayo y junio aportan un sesgo ligeramente positivo en el escenario, que se confirmará después de la publicación de las encuestas de comercio y servicios de mayo."
Sergio Vale, economista jefe de MB Associados, también estima que la recuperación puede ocurrir más rápido de lo que se pensaba inicialmente. "Parece que hay una mejor recuperación en marcha de lo esperado, con April habiendo sido fondo y las cifras mejorando rápidamente después de eso. Esta recuperación más rápida debería hacer que el PIB caiga menos de lo que se pensaba", dice.
Los economistas de los mercados financieros mejoraron ligeramente las estimaciones del producto interno bruto (PIB) para 2020. La proyección pasó de una disminución del 6,54% al 6,50%, según el boletín Focus publicado el lunes. Ibre y MB Associados proyectan una caída del 6,4% en el año.
A pesar de la evaluación de que Brasil ya ha entrado en una nueva recesión y se espera que registre una fuerte desaceleración en 2020, bancos como Itaú y Fator también consideran que la economía ya se ha recuperado. "Los datos indican que la actividad económica se desvanecó en abril. Indicadores como el consumo de electricidad industrial, la utilización de la capacidad de la industria manufacturera y de la construcción, la reanudación de la producción de algunos fabricantes de vehículos, así como nuestro indicador diario de actividad, muestran mejoras en mayo y junio", dijo Itaú en una nota publicada al mercado.
El banco mantiene una proyección menos pesimista que el promedio del mercado para el pib en 2020 y estima una disminución del 4,5% en el año.
Sin embargo, los economistas advierten del todavía alto nivel de incertidumbre económica y política en el país, y estiman que la recuperación de las pérdidas por pandemia debería tener lugar gradualmente, a un ritmo probablemente más lento que el de otras economías.
Según Paulo Gala, director general de la Familia Administración de Recursos y profesor de la Fundaci��n Getulio Vargas (FGV), estima que la recuperación de la economía brasileña tiende a estar a un ritmo más débil que el observado en los Estados Unidos, Reino Unido o Europa.
"Brasil ya se encontraba en una situación muy frágil, con varias empresas al borde de la bancarrota, mucha deuda, desempleo todavía muy alto y muy malas perspectivas de crecimiento. El Covid fue una especie de gota de agua para el desgarte generalizado y no hay señal de que el gobierno tome medidas de estímulo en el futuro. Lo más probable es que estemos entre las peores recuperaciones del mundo", dice.
El todavía muy bajo nivel de actividad, que aún no se había recuperado de las pérdidas de la recesión de 2014-2016, también se señala como un desafío adicional para una recuperación más fuerte.
"El todavía muy alto nivel de incertidumbre debería contener el crecimiento del consumo y la inversión, lo que imposibilita hacer una posible reanudación 'V'. La recuperación inicial debería ser un poco más fuerte, pero entonces debería continuar a un ritmo más lento hasta que se reanude a nivel previo a la crisis", dice Miranda.
Los analistas también llaman la atención sobre otros riesgos como la incertidumbre sobre la evolución de la deuda pública y el empeoramiento del mercado laboral. "Muchas personas han ido a la informalidad y tendrán dificultades para ser reempleadas. Esta masa de ingresos perdidos tendrá un impacto cada vez mayor en la economía. Así que hay razones para celebrar un impacto menor a corto plazo, pero los efectos a largo plazo, especialmente en el mercado laboral, deben ser vistos cuidadosamente", dijo Vale.
También advierte de los riesgos del progreso de la pandemia en Brasil y de la posible necesidad de volver al confinamiento. "Se debe tener cuidado con los próximos meses. Primero, porque Covid-19 debería quedarse con nosotros más tiempo que en Europa. En segundo lugar, porque la contaminación ha aumentado en otras regiones y esto tiende a tener repercusiones negativas en la economía, y sigue produciendo cuarentenas específicas», añade.
El economista Silvio Campos, de Tendencias, también señala que el país saldrá de esta crisis muy afectada en las cuentas públicas. "Antes de la pandemia había una tendencia de adaptación de la relación deuda/PIB justo por debajo del 80% del PIB, pero el legado de la epidemia será una relación deuda-PIB superior al 90% y con posibilidades de acercarse al 100%. Esto es de gran preocupación, especialmente ante las dificultades para avanzar con nuevas medidas de ajuste en el Congreso en medio del turbulento marco político".
Abras - 06/07/2020 Noticia traduzida automaticamente
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