sexta-feira, 26 de julho, 2019

La transformación digital se convierte en 'levadura' para avanzar en la industria de la panadería

Considerada como una de las ramas más tradicionales de la economía, el sector de la panadería invierte en cambios culturales dentro del negocio de varios tamaños para crecer de manera sostenible. Entre los desafíos está la falta de mano de obra cualificada para operar nuevas tecnologías y capacidad de inversión restringida. "Los modelos de producción clásicos ya no son eficientes como antes. La percepción del consumidor de cómo se desarrollan los productos y servicios de un negocio determinado asume el primer plano y, en consecuencia, la capacidad del emprendedor para conocer a los clientes es fundamental", dijo el director del programa de Innovación Business InovaLab , Fernando Domingues. Para el especialista, incluso si este mercado registra específicamente un gran número de pequeñas empresas familiares, la necesidad de invertir en automatización y operaciones regionalizadas basadas en el consumo "se convierte en una necesidad". "Nos dimos cuenta de que muchas empresas están aprovechando este escenario como una oportunidad. Un ejemplo de esto es la estrategia de personalizar los productos de acuerdo con los hábitos de consumo de los barrios donde operan. La misma red de panaderías puede utilizar diferentes ingredientes en regiones distintas y ampliar la cartera y la potencia de escala de los conceptos de la industria 4.0", explicó. También destaca que ve a las empresas familiares en la cadena descentralizar las decisiones y dar más libertad a los colaboradores que ya nacen imbuidos por la cultura digital, nombrados como millennials. Facturación según la Asociación Brasileña de Industria de Panadería y Confitería (ABIP), los ingresos de este sector alcanzaron R $ 92.600 millones en 2018, resultando en un aumento de 2.8% con respecto al año anterior. En general, el boleto promedio tenía un máximo de R $ 3.91% sobre la misma base. El gerente de innovación y tecnología del Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial (Senai), Oswaldo Lahoz, sigue el mismo razonamiento: no habrá progreso tecnológico en el sector sin una inversión en la cualificación de mano de obra calificada. "Actualmente percibimos la existencia de un cuello de botella con respecto a la formación de profesionales para operar estas innovaciones. Es necesario que todos los cursos de producción se actualicen para mantenerse en el nivel compatible con las rápidas transformaciones que estamos presenciando", dijo Lahoz, señalando que Senai apuesta por esta revisión constante del currículo como" crucial "en esta nueva Dinámica. Menos residuos según el gerente de la entidad, uno de los conceptos que se están implementando dentro de toda la cadena de la industria es la fabricación ajustada, cuyo principio se basa en la reducción de residuos de materias primas y la optimización de procesos en una fabricación Leaner. "Muchas empresas consideran que se necesita un gran volumen de capital para las inversiones en tecnología, pero el mero hecho de comenzar a revisar las operaciones que tienen residuos ya puede considerarse un primer paso. Además, la instalación de sensores inteligentes en las góndolas ya es una realidad y puede ayudar mucho en la organización de stocks", complementado. Uno de los ejemplos de actores en la cadena de producción de alimentos atentos a esta nueva dinámica de mercado es el grupo Sina, que proporciona alimentos a otros agentes en el segmento de foodservice. "Desde 2018, toda nuestra línea de producción ha sido objeto de un rediseño que ha estado involucrado desde la implementación de nuevas tecnologías y maquinaria para revisar posibles residuos. El año pasado, la cantidad invertida dio alrededor de R $ 6,5 millones. Para 2019, la previsión es que este capex [cantidad de capital aportado] alcance R $12.5 millones", argumentó el director industrial del Grupo Sina, Fernando Barbosa. El ejecutivo recordó que existe la intención de mantener este ritmo de inversión a medida que la economía evoluciona en general. Todavía según él, la instalación de nuevas tecnologías en la línea de producción hizo más evidente el cuello de botella en relación con la falta de cualificación para el manejo de nuevas maquinary. "Nos dimos cuenta de que era mejor calificar a los colaboradores ya contratados que reemplazarlos por otros más familiarizados con estas tecnologías", agregó. Hoy en día, Foodservice representa el 47% de la facturación del grupo
DCI - 26/07/2019 Noticia traduzida automaticamente
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