La crisis ambiental avanza durante la pandemia y preocupa a los inversores

La relación entre la crisis del coronavirus y la crisis ambiental vuelve al radar el miércoles. Un informe en el periódico británico Financial Times muestra que el gobierno de Estados Unidos está aprovechando la pandemia para aflojar las reglas ambientales establecidas en la administración anterior de Barack Obama. Según el periódico, el presidente Donald Trump ha ordenado a sus funcionarios que encuentren maneras de acelerar la construcción de carreteras y oleoductos que podrían ser prohibidos por la legislación. Según se informa, la Agencia de Protección Ambiental del país también aprovechó la cuarentena para publicar normas menos estrictas para la contaminación del aire y el agua y el uso de combustibles fósiles. El Departamento Nacional de Agricultura, por ejemplo, invitó a las empresas a explorar el petróleo y el gas en los bosques nacionales. Los coches también pueden contaminar más después de una medida tomada en marzo. Además de la pandemia, hay una urgencia en el gobierno de los Estados Unidos de revisar las reglas antes de un período especial de 60 días antes de la elección, cuando los cambios pueden ser más fácilmente anulados. Con la votación del Congreso y del ejecutivo programada para noviembre, hay una urgencia para el cambio. El debate en curso en los Estados Unidos se hace eco en otros países, especialmente Brasil. Las cifras de deforestación en el bosque podrían alcanzar un récord en 2020 —solo en mayo, 829 km2 fueron deforestados. Ayer, un grupo de fondos de inversión que gestionan activos de 4 billones de dólares pidió a Brasil que detuviera la deforestación del bosque. Según ellos, la pérdida de biodiversidad y el aumento de las emisiones de carbono es un "riesgo sistémico" que afecta a sus carteras de inversión. La actitud de Brasil y Estados Unidos difiere de la adoptada en Europa en la lucha contra la pandemia. A finales de mayo, la Unión Europea aprobó un plan de estímulo económico para utilizar las energías limpias como válvula de escape para la crisis. El informe de la última edición de Exame muestra que la crisis climática tendrá consecuencias mayores y más duraderas que la pandemia de coronavirus. La emergencia sanitaria debe ser un detonante para la concienciación, como coinciden los ambientalistas y los inversores.