El menor aumento de los precios de los alimentos alivió la tasa de inflación de los hogares de bajos ingresos a principios de este año. Según datos publicados el miércoles (5) por la Fundación Getulio Vargas (FGV), el IPC-C1, que calcula la inflación para los hogares con ingresos entre uno y 2,5 salarios mínimos, se situó en 0,55% en enero, por debajo del 0,93% en diciembre.
La tasa también es inferior a la variación del 0,59% registrada en el mismo período por el IPC-Br, que mide el alza de precios para las familias con sumas de ingresos de uno a 33 salarios mínimos mensuales. En los 12 meses, sin embargo, la inflación de los hogares de bajos ingresos sigue siendo mayor que la de la población en su conjunto: 4,55%, en comparación con el 4,13% del Ipc-Br.
La carne de vacuno, que había estado presionando el costo de vida en los últimos meses, cayó un 2,27%, después de aumentar el 11,78% en diciembre, y contribuyó a la menor subida de los precios de los grupos alimentarios, cuya tasa cayó del 3,08% en diciembre al 0,83% el mes pasado. A pesar del bajo nivel de los alimentos, los tomates ejercieron la mayor influencia alcista en el IPC-C1 en enero, aumentando un 19,68%.
También fueron más bajas las tasas de los grupos varios gastos (del 1,40% en diciembre al 0,16% en enero), ropa (del 0,46% al -0,24%), transporte (del 0,82% al 0,50%) salud y cuidado personal (del 0,31% al 0,29%).
Por el contrario, las tasas de vivienda ganaron fuerza (de -0,96% a 0,37%), educación, lectura y recreación (del 0,10% al 2,48%) comunicación (del 0,02% al 0,15%). Aspecto sin para las aceleraciones registradas en la tarifa eléctrica residencial (del -5,40% al 0,86%), los cursos formales (de cero a 5,07%) y el pago mensual de la televisión de pago (del -0,57% al 1%).
G1 - 05/02/2020
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